Jardines de Andalucía
La belleza de los Jardines de Andalucía se encuentra entre las estrechas calles del antiguo recinto amurallado y las rectilíneas de los ensanches, salpicadas aquí y allá por casas señoriales y mosaicos de azulejos cerámicos, se reparten jardines y rincones en los que antaño, se solía ver a las mujeres con el cántaro de agua o a los hombres con las caballerías, alrededor de las numerosas fuentes de las que se abastecía la población. En un tranquilo paseo, nos encontramos con los Jardines de Andalucía, la plaza de la Constitución (adornada por el llamado Jardín de los Pajaritos), el paseo del Calvario, el paseo de las Casas Nuevas, la Calleja de las Flores, el Paseo del Ejército, el Llano del Convento o el de los Trinitarios; la Plaza del Olivo, la Plazuela Alta y la Plazuela Baja o de San Lorenzo.
Entre estos espacios que sirven de recreo a los niños, de lugar de encuentro y convivencia para el vecindario y de descanso y admiración para los visitantes, destaca la singularidad de los Jardines de Andalucía, amplio parque arbolado de asombrosa disposición en terrazas escalonadas aprovechando la ladera natural en que se asienta la localidad y que nace al pie de la antigua muralla del castillo.
Situados cerca del centro urbano, un manantial conocido como La Minilla que se adentra en la tierra hasta la vertical del recinto defensivo, forma un estanque natural sobre el que se eleva un conjunto de balconadas superpuestas coronadas por el farallón de la muralla, en un conjunto de especial belleza.
La influencia de los jardines árabes, especialmente los del Generalife, se muestra en las fuentes y en las cascadas de agua que jalonan las escalinatas, así como en las estrechas franjas que se suceden delimitadas por muros y taludes en cada uno de los niveles. Su orientación al norte, refresca aún más el lugar, permitiendo una variedad botánica sin igual.
JOSÉ ESPEJO RUZ