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La ruta consiste en la realización de un recorrido por la zona del casco tradicional de la localidad, en el cual se concentran buena parte de los elementos del patrimonio rambleño, entre los que cabe destacar, en orden, la torre de la antigua fortaleza medieval junto con el Museo de la Cerámica; la Plaza de las Cadenas y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción; la Plaza de la Constitución, Calles Mesones y Labradores en dirección al Paseo de España; Calleja de las Flores; Iglesia del Exconvento de la Santísima Trinidad y, finalmente, Torre de Santo Domingo.

  • Torre del Castillo y Museo de la Cerámica: en un mismo entorno se encuentran dos elementos de especial significancia. La torre, junto con el lienzo murario norte, es el recuerdo del pasado bajomedieval de La Rambla. Esta edificación, de carácter defensivo, fue realizada en tapial (técnica propia de la arquitectura islámica). No obstante, los estudios arqueológicos llevados a cabo en la misma certifican su construcción en algún momento posterior a la expulsión de un posible colectivo musulmán en la localidad. Por su parte, el Museo de la Cerámica se erige como símbolo de un oficio y de una tradición, por lo que su visita es obligada.
  • Plaza de las Cadenas e Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción: la iglesia es uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, el cual fue declarado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento en el año 2003. El promotor de su obra fue Fray Juan Álvarez de Toledo, Obispo de Córdoba, en el siglo XVI. No obstante, su cronología edificatoria oscila entre los siglos XVI, XVII y XVIII, siendo este último el siglo en el que, debido a una profusa reforma, se le da el aspecto neoclásico que luce actualmente. Ubicada en la plaza de las Cadenas, espacio que sobresale por sus elevados valores estéticos, se sitúa a los pies de la iglesia la fachada principal en la que sobresale la decoración plateresca a base de grutescos realizada por Hernán Ruiz I, arquitecto con una vasta producción artística entre la que cabe destacar su implicación en la construcción de la catedral en el interior de la mezquita de Córdoba.
  • Plaza de la Constitución: Esta plaza, sede del Ayuntamiento, hizo las veces de Plaza Mayor, lugar propio de mercadeo y confluencia de la población. El edificio que actualmente ocupa el Ayuntamiento fue erigido como pósito municipal en torno al siglo XVIII. Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la plaza ha sido sometida a continuas reformas dedicadas a la construcción arquitectónica del espacio, en el que la zona ajardinada ha ido adquiriendo cada vez más protagonismo.
  • Calle Mesones y Calle Labradores, como zonas próximas al Paseo de España, destacan por ser algunas de las calles que albergan extraordinarios ejemplos de arquitectura solariega en la localidad. Destaca la antigua Casa de los Diezmos, en la confluencia de las calles Jesús y Labradores. A pesar de que su cronología se establece en el siglo XVIII, hay testimonios que constatan su existencia desde el siglo XVI.
  • Paseo de España: este gran y céntrico paseo es el fruto de la unión espacial de dos antiguas plazas de menor tamaño. Ha sido éste, y aún hoy lo es, lugar de encuentro y esparcimiento de la población que, con el paso del tiempo, ha vivido numerosas remodelaciones. Sobresale la decoración de mosaicos cerámicos de estampas paisajísticas y los apliques ornamentales del mismo material que se ubican en los accesos al paseo.
  • La Calleja de las flores es zona de tránsito entre el paseo de España y el Llano del Convento, y cuenta con especial significancia y valores estéticos por su decoración floral y los arcos que la flanquean en sus extremos.
  • Iglesia de la Santísima Trinidad: formaba parte de un antiguo complejo conventual erigido por la orden de los trinitarios hacia el año 1527. En ella sobresalen el cancel de entrada al templo y el artesonado de vigas de inspiración mudéjar.
  • Torre de Santo Domingo: formaba parte del desaparecido convento de las Dominicas de la Consolación, del que hoy solo nos queda el claustro. Esta torre fue erigida hacia mediados del siglo XVIII y, debido a su estructura esbelta y ligera, puede recordar a la Giralda de la Catedral de Sevilla.

 

Rosa Eva Castillo Domínguez
Historiadora del Arte
Máster en Gestión del Patrimonio desde el Municipio